Mi historia ya no me pertenece: Héctor Martínez

12 mayo, 2025 By Adalberto Villasana Miranda
Héctor Martínez, atleta con discapacidad visual.
Héctor Martínez, atleta con discapacidad visual.

Por Marco Antonio Villasana

“El sol que a mí me ilumina es de eterno resplandor; mis ojos, Madre, son ciegos, pero mi espíritu, No”.

Hay muchos héroes anónimos, de los que poco se habla, guerreros que con valentía se han impuesto ante la vida. Es el caso de Héctor Martínez, un hombre maduro pero con un espíritu joven, cuya risa brota de él como agua fresca, con discapacidad visual, y sin ningún atisbo de amargura. En su perfil de Facebook se le ve como todo un atleta, entrenando en el gimnasio, participando en carreras y triatlones, o disfrutando de la naturaleza en comunión con el mar.

Héctor, estudió ingeniería en alimentos, carrera que completó en un 80 por ciento, y que dejó inconclusa al sobrepasarlo las matemáticas, es también somelier, y terapeuta de masaje.

Sus amigos lo animaron a publicar en Facebook, diciéndole que su historia ya no le pertenecía, que tenía que compartirla, como una enseñanza de que puede ser vencida la adversidad con amor a la vida.

Héctor no nació ciego, su vida transcurría como la de cualquier otro joven dedicado al trabajo, en una empresa de custodia de valores, sin embargo, su salud se vio afectada al desarrollar cáncer de pulmón, sin una causa precisa, este fue su primer reto, y afortunadamente lo superó, pasando por todo ese protocolo de tratamientos. Al paso de un año de quimioterapias, sus defensas bajaron, lo atacó “un bicho oportunista” y su vista se vio afectada. “El diagnóstico, desprendimiento de retina, fue irreversible, tenía un 20 por ciento de visión en mi ojo izquierdo, y en el derecho nada”.

Como señala una gran maestra María de los Ángeles Hermosillo, “de toda situación adversa hay un aprendizaje”, ¿cuál fue el aprendizaje para Héctor?

“No fue nada sencillo, cuando salí del hospital, estaba enojado con la vida, enojado con Dios, me preguntaba ¿porqué a mí?, hay gente que realmente hace cosas terribles, no soy un mal hijo, un mal compañero…”.

Héctor comparte conmigo que cuando estaba hospitalizado llegó a su habitación una joven enfermera que irradiaba alegría, lo iba a canalizar, y al verla reflexionó, “he perdido mi salud, he perdido mi visión, en qué momento perdí la alegría que ella proyecta”, pero al conocer su historia y ver que ella también enfrentaba problemas, como cuidar de su padre enfermo, pero con la fe en Dios y su leitmotiv de que “sí se puede lograr y no se necesita tanto”, lo motivó. Asimismo, una psicóloga en el mismo hospital le advirtió que no iba a ser sencillo que recuperara su vida, pero si tenía la fuerza de voluntad lo iba hacer.

Uno de los acicates de Héctor para salir adelante fue su deseo de volver a estar con sus sobrinos, a los que quiere como sus propios hijos, y recuperar su autonomía. “Al salir del hospital, le eché muchas ganas a la recuperación, ya no me importaba saber ¿porqué a mí me había ocurrido esto?, y es algo que tal vez nunca sabré, podía todavía leer, ver una pantalla, con ese 20 por ciento de vista, yo quería volver a ser independiente”.

Hubo la posibilidad de una operación ocular para mejorar su visión, y una semana antes de la misma salió a celebrar de una manera tranquila con algunos de sus amigos a una plaza comercial pero lamentablemente tuvo un sangrado en su ojo.

“Vi como una cortina de humo, fue terrible, me llené de ansiedad, estaba a una semana de la cirugía, y en ese momento hablé con Dios, le pregunté ¿qué había hecho mal en mi vida?, ¿porqué esta enfermedad?, ¿qué quería que yo entendiera?, y me puse a llorar, en ese momento escuché una voz dentro de mí, que me dijo: te amo, eso cambió el sentido de todo lo que había vivido, y acepté que todo iba a partir de aquí, y se daría lo que fuera mejor para mí, no fue nada sencillo, yo tenía 41 años.

“Llegó el día de mi operación, se me puso un lente intraocular, se me pegó la retina, entre otras cosas, y lo que iba a transcurrir en dos horas dilató siete, al término de la operación vi la luz intensa, alcance a ver al médico, me llevaron a mi cuarto, había que esperar para ver el resultado, estuve hospitalizado un día, y no veía, la cirugía no funcionó, yo todavía tenía la esperanza, el médico me dijo contundente tu retina murió, tienes que aprender hacer todo sin ver, busca la rehabilitación y mientras tanto esperemos la evolución de la ciencia.

“Al principio, todo me daba miedo, empecé con apoyo  psicólogico, aprendí braille (sistema de escritura para ciegos que consiste en signos dibujados en relieve para poder leer con los dedos), computación, así como una rehabilitación integral, que consistía en actividades de la vida diaria, aseo, cortarme las uñas, vestirme, me sentía como un niño, tenía compañeros de camada, que tomábamos la rehabilitación al mismo tiempo, era como ir a la escuelita, aprendí todo en casi un año”.

¿Y ahora qué voy hacer?

La actividad profesional de Héctor antes de sus problemas de salud, era la capacitación de personal en el campo administrativo y técnico, uso y mantenimiento de cajeros automáticos, seguridad, cerraduras, tanto en la Ciudad de México como en Toluca, Guadalajara, Tabasco, algo que aprendió a lo largo de diez años, para él fue también un golpe cuando se le pidió que capacitara a la persona que se quedaría en su lugar, en ese momento se preguntó “¿y ahora qué voy hacer, vender dulces, chicles?”

Corriendo por Sonrisas

En la clínica de rehabilitación, llegaron a invitarlos a él y su camada a un grupo, Corriendo por Sonrisas… Lo que le entusiasmo y aceptó, aunque Héctor  había practicado algunos deportes, como básquetbol, natación y corría, no era muy constante y disciplinado, además de que con la quimioterapia su capacidad física y respiratoria disminuyó, al principio acompañado de un guía corrió 500 metros lo que le representó un gran esfuerzo “Yo no podía, me caí dos veces” pero al paso del tiempo logró fortalecer su cuerpo y su resistencia.

Algo que relata este atleta es que al perder un sentido, el cuerpo humano es tan sabio, que llega a desarrollar más otros, como el oído, el olfato, el tacto, y una percepción especial que poseen los ciegos. “Corríamos en áreas verdes, y aunque no las veía, mi memoria es la fotografía, era una sensación de libertad, sentía el aire correr por mi cabello, percibía la calidez del sol, escuchaba las voces de otros corredores, el canto de los pájaros y me dije a mí mismo, esto es lo que quiero en la vida, voy hacer todo lo posible que este en mí para seguir, es como una recuperación total”.

“El grupo Corriendo por Sonrisas forma parte de un proyecto más amplio llamado Halcones Corredores Ciegos, que busca la inclusión social de personas con discapacidad visual a través del deporte. Este grupo se dedica a entrenar corredores con discapacidad visual junto con guías voluntarios, promoviendo la empatía y la integración mediante la actividad física.

“Los entrenamientos suelen realizarse en lugares como Cuemanco y Chapultepec en la Ciudad de México, y también hay un grupo en Monterrey. Además de mejorar la movilidad y la psicomotricidad de los participantes, el proyecto les ayuda a desarrollar autonomía y confianza”.

A la fecha, Héctor entrena diariamente, su rutina consiste en “corro diariamente, hago ejercicio, nado cuatro días a la semana, entrenó con pesas… ya hice un triatlón (es una competencia multideportiva, que consiste en nadar, andar en bicicleta y correr, en ese orden)”.

¿Hacia dónde te diriges?

Con la pregunta, su risa aflora, “Me costó tanto recuperar mi independencia que no desearía perderla, vivo solo desde hace más de ocho años, hay mucha gente que me ha apoyado, lo cual agradezco sobremanera, estudié también masoterapia (una técnica de fisioterapia que utiliza masajes con fines terapéuticos para tratar lesiones y enfermedades), trabajo en el Instituto del Deporte en la Alberca Olímpica, me han invitado a participar en tiro con arco para ciegos, así como teatro, locución, pero no tengo tiempo, lo que quiero es entrenar más, así como concluir los maratones Six Star, Seis Estrellas, he participado en cuatro de seis, ningún mexicano los ha completado, y a nivel personal llevo una excelente relación de pareja”.

“Los Maratones Six Star forman parte de la iniciativa Abbott World Marathon Majors, que reconoce a los corredores que han completado los seis maratones más prestigiosos del mundo: Tokio, Boston, Londres, Berlín, Chicago y Nueva York.

“Los corredores que logran terminar estas seis carreras reciben la Six Star Medal, un reconocimiento especial dentro de la comunidad del running”.

Un ser humano admirable

Al escuchar el relato de vida de Héctor Martínez, no me queda más que calificarlo como un ser humano admirable, quien se ha apostado a sí mismo a ganar, con base en su experiencia nos brinda estos consejos motivacionales:

“El más importante, amarte, darte ese amor a ti, porque de ahí depende todo, te va a sacar adelante.

“Nada nos lo va a regalar la vida, todo tiene un costo, nada es gratuito, la vida saludable tiene un costo, tienes que entrenar, alimentarte sanamente; el tener una carrera profesional, tienes que invertir tiempo, invertir en libros, dedicar horas de estudio…

“Yo aprendí cuando era un niño que las cosas más hermosas de la vida son gratuitas… que muchas veces  perseguir cosas imposibles nos hace infelices y además perdemos ese agradecimiento por estar vivos, de despertar cada mañana, de respirar, de sentir… Yo me pregunto, hay quien desea quitarse la vida, ¿porqué hacer eso?, siempre hay algo por que vivir, a mí me hacen feliz tantas cosas que no tienen que ver con lo material, por ejemplo, conocer gente, un nuevo amigo, estrechar una mano, me hace inmensamente feliz”.

Colofón Existen numerosos personajes que, a pesar de la ceguera, han dejado una huella imborrable en la historia gracias a su talento, perseverancia e impacto en sus respectivas áreas. Algunos de ellos como el tenor italiano Andrea Bocelli, uno de los músicos clásicos más reconocidos a nivel mundial, Stevie Wonder, un prodigio musical con más de 20 premios Grammy; José Feliciano, Cantante y guitarrista, quien ha brillado en el ámbito musical con su inconfundible estilo. Helen Keller, se destacó como escritora, oradora y activista, abogando profundamente por los derechos de las personas con discapacidad. Jorge Luis Borges, renombrado escritor argentino con un legado literario impresionante. Louis Braille revolucionó el mundo con la creación del sistema Braille, y Marla Runyan (atleta paralímpica). Cada uno de estos, entre ellos Héctor Martínez, demuestra que la ceguera puede ser un estímulo para desarrollar habilidades únicas y una visión interna que trasciende lo físico.

Entrenamiento, genial, muy vertiginoso y divertido, Uziel, guía de primera: Héctor Martínez.
Entrenamiento, genial, muy vertiginoso y divertido, Uziel, guía de primera: Héctor Martínez.

Categorias: Recreación 

Una respuesta a “Mi historia ya no me pertenece: Héctor Martínez”

  1. Arturo Miranda López dice:

    Muchas feliciedades amigo Héctor.

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