27 mayo, 2024•By Adalberto Villasana Miranda
Abanico, por Ivette Estrada.
Los tres tipos de capital son intelectual, social y psicológico. Tales factores nos permiten “calificar” el potencial y valor de un profesionista.
Abanico
¿Cuánto vales para los demás?
Por Ivette Estrada
La evaluación de un líder tiene tres dimensiones o focalizaciones sobre el tipo de capital que posee según el doctor Tomas Chamorro-Premuzic, autor de ¿Por qué tantos incompetentes se convierten en líderes y cómo solucionarlo?
Los tres tipos de capital son intelectual, social y psicológico. Tales factores nos permiten “calificar” el potencial y valor de un profesionista, pero también establecer parámetros de autocrecimiento y focalizarnos en nuestras áreas potenciales.
El capital intelectual es el conocimiento, pericia, habilidades y experiencia. De una manera simplista podríamos definirlo como “todo aquello que se puede reportar en un currículum o en el perfil de LinkedIn”. Incluye títulos, capacidades, idiomas, reconocimientos, autoría de artículos periodísticos o libros, entre otros.
De ahí la importancia de actualización, prácticas e incluso activismo social para permanecer “vigentes”.
El capital social representa nuestros contactos y acceso a distintas personas. Si durante la década de los 50 y 60 se asumió que “los contactos significan contratos”, la idea que aún prevalece es que cuanta más gente conozcas, más éxito tendrás.
Esto demuestra la importancia de cuidar e incrementar nuestras redes y establecer “lazos” con personas de nuestra industria y de otros sectores económicos. Incluso con personas de distintas profesiones Entre más heterogéneo es nuestro grupo de contactos, mayor el es la percepción de éxito que se transmite.
El capital psicológico, por otra parte, significa su capacidad de aprendizaje, curiosidad, determinación, resiliencia, autocontrol, inteligencia emocional, empatía e integridad. A cualquier organización le interesa centrarse más en esa parte y menos en las otras. Lo consideran más personal y en términos comunes es sinónimo de la aptitud o enfoque natural para procesar hechos y entornos.
Ahora, conviene reflexionar sobre nuestra riqueza personal en cada una de estas tres áreas y fortalecerlas continuamente. Es parte sustancial para incrementar nuestro valor personal y de mercado.
El capital tripartito es lo que conforma nuestra marca personal y la percepción que corporativamente o en cualquier grupo se tiene de cada uno de nosotros. La educación formal es sustancial, pero también nuestra capacidad de involucrarnos con distintos grupos de personas, generar alianzas y apoyo, y estar siempre abiertos a las posibilidades que nos brinda la vida. Esos tres ejes pueden ser el eje de partida para catapultarnos intrínseca, pero también abonar a una imagen de nosotros ante el mundo.
Es con el propósito de que la comunidad médica y académica de México conozca qué es lo que se hace en Rambam Health Campus –uno de los cinco principales centros clínicos de Israel- y en su momento se puedan establecer alianzas estratégicas en materia de capacitación y trasferencia de tecnologías innovadoras, entre otros aspectos de interés, que su director general, Michael Halberthal, visitó nuestro este país recientemente.
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Estamos en una sociedad transfóbica y transodiante que resta derechos y seguridad a las personas del colectivo trans, lo cual genera discriminación, acoso y, en ocasiones, violencia, además de escasas políticas de inserción social que se vinculan con la falta de acceso a servicios de salud, educación, empleo y vivienda. “Son personas en condiciones de vulnerabilidad a quienes, por supuesto, les afectan esos escenarios”, afirma la especialista del Centro de Investigaciones y Estudios de Género (CIEG), de la UNAM, Lu Ciccia.
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