Copia la 4T programas sociales de la oposición: Nueva Aztlán
El exitoso programa de abasto Canasta Básica sin Inflación, ahora lo reproduce la diputada de Morena Ana Francis López Bayghen, señala Rita Cecilia Contreras Ocampo, líder de Nueva Aztlán.

Yo Campesino
Improductivos
Sin productividad, México no crece; Economía ficción a costa de deuda
Miguel A. Rocha Valencia
Falta de inversión en tecnología e infraestructura, alta informalidad laboral y empresarial, baja innovación y alta dependencia a remesas y programas sociales sin evaluación económica, hace que México ocupe el penúltimo en productividad de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), lo cual nos coloca en una tendencia general al rezago frente a las 38 naciones afiliadas.
Para poner la situación económica del país en perspectiva, la OCDE señala que mientras en México se tiene un Producto Interno Bruto por hora trabajada de 30 dólares, el promedio de los países miembros es de 70 mientras que el primer lugar lo ocupa Irlanda con 150 dólares y Colombia es el último menos productivo.
Con datos del Inegi, INEI, BBVA y banco Mundial se establece que la economía nacional está basada más en capital que nuestro país muestra una tendencia consistentemente negativa o baja, con crecimiento basado más en capital que en eficiencia o tecnología.
Es decir que los aumentos salariales de que se presume en el oficialismo no reflejan una mayor productividad y tienen más si asiento en un discurso “justiciero”, pero en el fondo, no tienen sustento económico generador de riqueza.
En todo caso se trata de inyección de dinero sin procedencia de alguna actividad económica que aporte al PIB, como son las remesas llegadas del exterior y la inyección de poco más de un billón de pesos en programas sociales que además no cuentan con mecanismos asertivos y objetivos de mejora en las condiciones sociales.
Por eso se apunta que el nuestro es un “crecimiento económico basado en acumulación de capital y remesas, no en mejoras de eficiencia”. De ahí que en las variaciones trimestrales que reporta principalmente el Inegi, la tendencia sigue negativa donde se suman escasa inversión en infraestructura y tecnología, alta informalidad y poco o nulo apoyo a la innovación.
Tales apuntes se confirman con el reporte del Indicador Oportuno de Actividad Económica (IOAE) del Inegi donde se reitera la contracción de la industria y sostiene su racha negativa desde el 2024 con un “avance” de apenas el 0.04 por ciento es decir nada, en tanto que el sector industrial reporta un declive el 1.5 por ciento anualizado.
No se olvide que en construcción la caída alcanza 17 por ciento, así como la baja en compra de maquinaria y equipos. De hecho, los servicios los que evitan un reporte de números negativos.
Total, vivimos en un país donde no hay crecimiento y los principales rubros que dinamizarían la economía están deprimidos o en reversa con pronósticos negativos o muy poco alentadores que dependen en algunos casos de las condiciones externas, pero no hay un plan real para hacer la tarea interna mediante inversión pública simplemente porque no hay dinero.
Además, los pocos recursos que podrían emplearse en mejorar la productividad se aplican sin restricción ni medición en programas que se inscriben como sociales pero que no tienen métodos de vigilancia como sucede en sembrando vida o las becas estudiantiles que se otorgan lo mismo a sujetos que ni siquiera van a la escuela o son de bajo rendimiento.
Incluso muchos de esos programas son solapadores de la improductividad y hasta de vicios como sucede con muchos jóvenes que con los apoyos tienen para mantener vicios, con lo cual en vez de atacar las causas de la fármaco-dependencia, se estimula incluso sobre la autoridad paterna.
Lo más grave de ese problema social es que el dinero que se destina a comprar el agradecimiento popular no deriva de actividades productivas o sea de los impuestos sino que van a parar al déficit público que acumula deuda y el pago de intereses se hace mayor. Esto es que por un lado se distraen recursos fiscales para los programas “sociales” y por el otro se acumula deuda, que aumenta año con año hasta alcanzar para 2027 casi el 60 por ciento del PIB, sin que por ello el país, los mexicanos podamos festinar algún tipo de crecimiento o bienestar, porque aquello de abandonar la pobreza, ya vimos que es una entelequia que se sostiene con una ficción.
El exitoso programa de abasto Canasta Básica sin Inflación, ahora lo reproduce la diputada de Morena Ana Francis López Bayghen, señala Rita Cecilia Contreras Ocampo, líder de Nueva Aztlán.
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