Sara Salazar, la mejor bailarina del mundo

8 junio, 2025 By Adalberto Villasana Miranda
Sara Salazar, con una trayectoria impresionante en la danza, como bailarina, maestra y coreógrafa.
Sara Salazar, con una trayectoria impresionante en la danza, como bailarina, maestra y coreógrafa.

Por Marco Antonio Villasana

Martha Graham afirmaba que “Los grandes bailarines no lo son por su técnica, sino por su pasión.” Esta frase identifica perfectamente a Sara Salazar, con una trayectoria impresionante en la danza, como bailarina, maestra, coreógrafa, siempre ávida de aprender, experimentar y crear en el universo del arte.

Siendo una niña comienza el estudio de ballet, y con el deseo de convertirse en una bailarina profesional, ingresa a la Academia de la Danza Mexicana Nellie y Gloria Campobello, siendo calificada para cursar el segundo año, de los nueve obligatorios, lo que representa para una menor un gran esfuerzo y disciplina, por el horario tan pesado, y las clases formativas de ballet, danza contemporánea y música.

Sin embargo, todo iba bien con sus estudios hasta que tuvo que presentar su examen para entrar a la secundaria, por lo que faltó varios días, “si faltabas tres días te sacaban”, razón por lo que fue expulsada.

Algo que caracteriza a Sara, es su carácter férreo para vencer obstáculos y alcanzar sus metas. “A los dos años regresé a la Academia, advirtiéndome mis mentores que por mi edad, tenía quince años, ni pensar en convertirme en bailarina, pero había la posibilidad de entrar al grupo especial formativo de maestros, lo que acepté, pero el curso se desintegró por la nula asistencia de mis compañeras e indisciplina, me quedé sola. Posteriormente hubo una audición con Clover Roope, maestra inglesa para un taller de movimiento, de la cual fui de las primeras eliminadas, pero logré que me permitieran por lo menos asistir de oyente, hasta que por mi insistencia tomé las clases y llegué a ser de las primeras”.

Al mismo tiempo de sus estudios de danza, cursó la carrera de Maestra de la Industria del Vestido, la cual tiempo después la aplicó en el diseño de vestuario. “Me gradué a los 19 años”.

En su estancia en la Academia, vivió la absurda discusión de las autoridades de continuar con la formación de los alumnos sólo como bailarines clásicos o de técnica contemporánea, otra alternativa era fusionar las dos vertientes, por apoyar esta última, recibió la animadversión de la directora que prácticamente le cerró las puertas, y para poder asistir a sus clases tuvo que colarse prácticamente por las ventanas, y ya al final de sus estudios batalló también para recibir su certificado porque se lo negaban.

Sara recuerda en sus inicios a grandes maestros que la nutrieron, una de ellas fue Bodil Genkel, con quien participó como bailarina y coreógrafa en el grupo “Danza en el foro” quien le exigía dar lo mejor de ella misma, bailé con ella una coreografía neoclásica en puntas, y además hice el vestuario, uno de ellos tejido, “bailé también con la compañía de Waldeen y Josefina Lavalle, Nuevo Mundo, nos presentamos en Bellas Artes, se repuso Zapata, coreografía de Guillermo Arriaga, La Coronela, y obras contemporáneas, y comencé a dar clases como maestra de danza”.

Yo ya sabía donde quería estar 

A los 20 años fue becada para estudiar en Londres en la London School of Contemporary Dance, The Place, ella comenta que como estudiante y limitada de efectivo, cuando asistía al teatro para ver las funciones de danza y ampliar su conocimiento, esperaba a que fuera el intermedio, porque ya no pedían los boletos. Este tiempo de estudio fuera del país, fortaleció su carácter por el hecho de vivir sola y enfrentarse a una gran urbe. “Estuve un año en Europa, pero a mi regreso yo sabía donde quería estar, en el Ballet Independiente, porque sus obras me habían cautivado”.

Ya en México, Sara se entrevistó con Raúl Flores Canelo, director y fundador del Ballet Independiente, una de las tres compañías más importantes de danza contemporánea en México, junto con el Ballet Nacional, y el Teatro del Espacio, hoy desaparecidas. Después de externar su deseo de integrarse al ballet, Raúl Flores le dijo “Perfecto mañana das clase a la compañía” lo que para Sara representó un gran reto porque no se trataba de estudiantes sino de los bailarines que formaban la compañía.

“Al principio veía los ensayos, no bailaba, tomaba sólo las clases, pero al paso del tiempo me permitieron ensayar. Una de las recomendaciones de Manuel Hiram, el director artístico y mano derecha de Raúl, era de que a nadie le hablara, que me concentrara en mí, y en mi trabajo”. Sara estuvo en la compañía 17 años y aunque en la danza contemporánea no se estilan los títulos como en el ballet clásico, puedo decir por ser testigo de su desempeño artístico que alcanzó su máximo nivel como intérprete y se le puede calificar como Primera Bailarina.

Coreografías más relevantes en las que participó

 “Soliloquio” fue una de las coreografías donde Sara fue solista, basada en la poesía de Ramón López Velarde. El poema “Soliloquio” de Ramón López Velarde es una obra que refleja su estilo característico, lleno de introspección y sensibilidad. 

“En la noche oscura, mi alma se desvanece.

Un soliloquio donde la verdad se esconde.

La mente en turbulencia, el corazón en luto.

Un eco sordo, en la vastedad infinita…”

Al entrevistar a Sara Salazar, sin ningún formalismo, como una plática de dos viejos amigos, fue impactante para mí, presenciar su entusiasmo al describirme con su voz, movimiento y  gestualidad esta puesta en escena. “Es una coreografía muy fuerte, en el escenario hay sólo dos sillas, una vieja maleta, iluminado por una lampara tipo industrial, ella portando un vestido gris, llena con su presencia el foro en una catarsis de emociones; de la maleta saca una mascada rosa, con la que juega haciéndola flotar, transmutándola en el recuerdo del hombre de su vida, y es algo tan mágico, porque la danza es magia, que cobra vida y lo estrecha en un abrazo y baila con él en la voluptuosidad de la seda… Otro de los elementos coreográficos que le permiten navegar en su psiquis es una muñeca, representando a su niña interior… lo que la lleva a una reflexión retrospectiva sobre su existencia, dolorosa y brutal. Interpretarla me dejó una gran emoción”.

“Sensemaya” fue otra de las muchas coreografías que bailó en el Ballet Independiente, un poema sinfónico del compositor mexicano Silvestre Revueltas, basado en el poema homónimo del poeta cubano Nicolás Guillén, que describe un ritual afrocaribeño en el que se sacrifica una serpiente: Sara interpretó a la serpiente acompañada por Rubén Rodríguez, Primer Bailarín de Danza Nacional de Cuba, en el papel de cazador, con un ritmo hipnótico y repetitivo que Revueltas tradujo magistralmente a la música. Dirigida por el maestro cubano, Víctor Cuéllar destacado bailarín y coreógrafo cubano de danza contemporánea.

Eres la mejor bailarina del mundo

“Auras”, la recuerda con un gran cariño y cierta melancolía, presentada en el Palacio de Bellas Artes. “Era un solo, yo era el aura de las flores, un personaje muy alegre, fresco… asistió a la función mi mamá, al bailar me invadía una sensación como de vuelo, el público aplaudió a rabiar, yo pensé que mi madre les había dicho a los asistentes, es mi hija, aplaudan, porque fue para mí algo inesperado, pero no fue así; Raúl por su parte me comentó estuviste como nunca, y las palabras de mi mamá al término de la función me llegaron al alma: superaste todas mis expectativas, más de lo que hubiera esperado de ti, eres para mí la mejor bailarina del mundo”.

El quehacer coreográfico

Como coreógrafa Sara Salazar señala que “se abre para ti un mundo más amplio en la creación, aunque te implica un gran reto, no hacer lo que otros están haciendo, sino expresarte con tu propio verbo, que sea tuyo de nadie más. Una de mis coreografías basada en la película Rashomon, de Akira Kurosawa, cuenta la historia de un crimen y el asesinato de un samurai, explora la naturaleza de la verdad y como las personas pueden interpretar los mismos eventos de manera muy diferente. Aunque la coreografía salió bien, interpretada por tres bailarines, yo quería que dieran más, me sentía muy mal, y me golpeaba mentalmente por mi exigencia personal”.

En su desempeño como coreógrafa, su madre le hizo la petición de que realizara una coreografía para ella, y esta intrépida bailarina, utilizó como escenario el jardín de su vieja casona de la Colonia Clavería, adueñándose de todo el espacio del jardín, bañada por una leve llovizna, y  poniéndose en peligro, porque cuando baila no reflexiona y al subirse a una mesa estuvo a punto de romperse el cristal que la cubría, pero comenta “que el ejercicio de la danza es algo tan fantástico que era como estar en un espacio alterno, donde todo se pone de tu parte y sólo el aplauso te regresa a la realidad”. Coreografía que marcó su partida a los Estados Unidos.

Una artista multipremiada

Sin esperarlo y por insistencia de uno de los bailarines del Independiente se postuló para la beca del FONCA para ejecutantes 1994-1995, “no me la van a dar a mí, yo ya soy de las generaciones pasadas, fue lo que dije” y para su sorpresa la obtuvo; asimismo la Fundación Bodil Genkel, le otorgó su beca 1993-1994, por su entrega y disciplina como bailarina, “ella me rompió esquemas, y vio mi potencial”.

Como coreógrafa ganó uno de los premios más importantes en la danza, el INBA-UAM de Danza Contemporánea 1995, y recibió también el Primer lugar, Premio a la Docencia Académica, otorgado por la Secretaría de Cultura a través del INBA 2022, así como la Medalla “Rafael Ramírez” por 30 años dedicados a la docencia 2025. “Yo veo a mis alumnos como piedras preciosas que pueden ser pulidas y convertirse en verdaderas joyas”.

Estudió también la licenciatura en docencia en arte, y es especialista en estudios de movimiento.

Colofón

El quehacer artístico de Sara Salazar no termina, ella regresa a bailar en el mes de agosto de este año 2025, en la coreografía “Las fugaces manos del tiempo” por iniciativa de la revista “Danzante”, participan seis bailarines maduros, un trabajo de experimentación donde todos aportan, dirigida por Omar Méndez Molina y Daniel Hernández.

El quehacer artístico de Sara Salazar no termina, ella regresa a bailar en el mes de agosto de este año 2025, en la coreografía “Las fugaces manos del tiempo”.
El quehacer artístico de Sara Salazar no termina, ella regresa a bailar en el mes de agosto de este año 2025, en la coreografía “Las fugaces manos del tiempo”.

Categorias: Recreación 

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