4 julio, 2024•By Adalberto Villasana Miranda
Yo Campesino
Sin dignidad
Yasmín Esquivel Mossa de Rioboó, cae a lo más bajo de la escala humana y profesional.
Miguel A. Rocha Valencia
Después de ser una brillante magistrada presidenta del Tribunal de lo Contencioso a lo Administrativo, la ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Yazmín Esquivel tomó sus entorchados académicos y al igual que otros cuatroteros los echó a la basura, se olvidó de su dignidad de humana y abjuró de su calidad de jurista, aunque fuera pirata.
Salió el espíritu trepador que le hizo incluso emparentar con el constructor favorito y consejero del ganso lo cual le permitió escalar a ministra de la SCJN donde declaró abiertamente su fidelidad a su amo y no a la Constitución que protestó cumplir y hacer cumplir en el máximo tribunal del país.
Puso al servicio del profeta de la 4T su ejercicio profesional de manera abierta y tan grosera que hasta llegó a plantear en proyectos y resoluciones cosas absurdas, contrarias a derecho y sólo para quedar bien con el todopoderoso.
Llegada a la SCJN por mayoriteo de Morena en el Senado, alineándose de inmediato junto con el entonces presidente, Arturo Zaldívar Lelo de Larrea a las instrucciones y deseos del ganso, aunque ello fuera inconstitucional. No le importó hacer el ridículo ni mucho menos exhibirse con cinismo como lacaya del líder de la 4T y por ello todas sus votaciones fueron a favor de los proyectos presidenciales a contrapelo de lo que dicta la Ley. Cumplió siempre con la premisa de lealtad absoluta, sin quitar puntos y comas a los proyectos de Palacio Nacional.
Hoy se atreve desde su pupitre de incondicional a solicitar la renuncia de la ministra presidenta Norma Lucía Piña Hernández con sus más de 35 años de carrera judicial y con ello ganar el aplauso de su amo, quien como respuesta le mostró su desdén.
A su vez, la mayoría de los ministros dijeron no y se solidarizaron con quien siendo titular de un poder par del Ejecutivo, defiende la dignidad y la Constitución, la ley por sobre todo interés personal y sectáreo, aunque con ello se ganara la antipatía de quien violó la ley reiteradamente pues la desprecia y no está dispuesto a sujetarse a ella.
Igual se ven hoy los cinco magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial que se lanzan contra un juez de distrito por ordenarles designar, ante la ilegal resistencia y desobediencia de la mayoría en el senado a dos pares más para completar los siete que deben ser y con ello calificar la elección presidencial donde se requiere un mínimo de seis.
Se le fueron encima y hasta denuncia penal le quieren interponer alegando que se extralimitó y que no hay poder alguno por sobre el propio TEPJF, ni siquiera la Suprema Corte de Justicia, menos aún el interés de la Nación, en tanto incumplen con el artículo 99 de su propio reglamento que los instruye y capacita a designar los magistrados necesarios para sesionar.
Claro la actitud de los magistrados fue aplaudida por cuatroteros que de inmediato se pusieron de acuerdo para formar cuadro al juzgador e instituirle un juicio político que seguramente no se realizaría pues la reforma al poder Judicial les ganaría la partida.
La verdad es una vergüenza ver el talento sobajado por la necedad, que la ambición personal supere los juramentos y los grados académicos, aunque sean pirateados, que la dignidad profesional caiga en la humillación con tal de trepar y que el valor humano se venda por migajas de poder.
Porque es visible incluso en la candidata presidencial triunfante y en todo aquél que desee ser cuatrotero debe hacer suyas esas “cualidades”, la obediencia ciega sin importar la Ley.
Total, que la ministra Piña Hernández no se va y hace bien al igual que los ministros, magistrados y jueces vigentes que sólo abandonarán su responsabilidad cuando una Ley positiva, por más absurda que sea se los ordene, sin concesiones al caudillo y su pandilla y de esa manera sigan defendiendo la Constitucional “y las leyes que de ella emanan”, así lo prometieron y deberán cumplir hasta el final.
De la ministra Esquivel Mossa no vale la pena ni siquiera acusarla de plagiaria pues si lo es y violenta la ley, tiene el respaldo no de la Constitución sino de su amo quien a sus súbditos los protege con el manto de la impunidad. En todo caso esperemos que con las reformas lleguen a la Suprema Corte, tribunales y juzgados personajes con el perfil de la esposa de José María Rioboó o de la expendenciera de vecindad Lenia Batres Guadarrama quien destila talento y conocimientos jurídicos puros, como los que desea el mesías tropical pues esos, son los más agradecidos, como el pueblo que a cambio de dinero vende o entrega su voto y con él sus libertades.
Cuando López Obrador llegó a la presidencia en 2018 en el país se generaron varias esperanzas, una de ellas es que se diera un cambio, hoy llegamos a su quinto aniversario con un gran decepción, la realidad nos alcanzó como suele ser cada seis años y el golpe de la verdad nos deja ver los fracasos en frentes como el sistema de salud, la violencia por el narcotráfico, corrupción, obras que están puestas en duda y los logros del presidente solo son de narrativa porque en los hechos va a heredar un tiradero.
Votar por Delfina Gómez, quien no tiene estatura política ni capacidad para gobernar un municipio, será sufragar por el ganso y su proyecto transexenal de miseria y violencia de acuerdo con quienes dicen, que el caudillo de Macuspana es un peligro para México.
Es claro que la oposición no tiene argumentos para contender en las presidenciales de 2024 contra cualquiera de las corcholatas de Morena y sus aliados quienes llevan más de un año en campaña con todo y las violaciones a la ley y las advertencias de las autoridades electorales.
Fracaso tras derrota, al ganso no le quedan alternativas para ser el centro de la conversación pública, victimizarse y hacer como que trabaja como presidente.
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