Historias de éxito. Jóvenes emergentes
Por Marco Antonio Villasana
“Tachonada de chaquiras y lentejuelas/ Una china poblana baila bien acompañada/ con su charro cubierto de plata y oro, agitando su sombrero y zapateando muy fuerte/ son sus pasos el repique de respeto y amor a su tierra”.
La danza folklórica mexicana es una fiesta, es alegría, es color, es música, es canto, y lo más importante es parte de la cultura nacional y de la identidad del mexicano. Sus danzas son un testimonio histórico vivo del pasado prehispánico, amalgama de culturas y la revolución mexicana. Desgraciadamente, para muchos es sólo el disfraz patriotero de un 15 de septiembre o se le llega a contemplar como un arte menor, pero comparada con otras culturas, la danza folklórica mexicana tiene una razón de ser y una secuencia armónica en cada uno de sus pasos, así como una riqueza excepcional en sus atuendos y trajes, y tan es así que a diferencia de cualquier otra manifestación dancística nacional, traspasa fronteras con sus danzas, jarabes, huapango, jarana, polkas y son invitados los grupos y compañías que la practican a festivales internacionales con un gran reconocimiento.
Tres generaciones de bailarines
De todo esto nos habla una familia de bailarines de folklore, que suman tres generaciones, y 25 años de estar en los escenarios, la abuela, María de Jesús Uribe García, la hija, Minerva Xochiquetzal Valdez Uribe, los nietos Eileen Darinka Ruiz Valdez e Ian Rafael Ruiz Valdez.
En el Caso de María de Jesús, narra que su familia vivía en una vecindad por Martín Carrera, al norte de la Ciudad de México, y que ella reunía a sus amiguitos como público e interpretaba canciones para ellos: “Cachito, cachito, cachito mío, pedazo de cielo que Dios me dio…” recibiendo su aplauso. Esta vena artística y deseo de figurar en un escenario lo desarrolló siendo una joven al incursionar al Grupo de Acción Social, y recuerda que al asistir a su primera clase prácticamente a la semana ya estaba bailando. Uno de sus primeros maestros fue Alfonso Ávila, apodado “El Loco”… “El Loco no se limitaba a poner coreografías, él inventaba pasos, se dice que fue quien inventó los pasos del Jarabe Tapatío, te hacía bailar, a una piedra la hacía bailar, te hacía sentir los pasos.
“El folklore me ha ayudado a sacar sentimientos ocultos, a fortalecer mi autoestima, yo me entregaba. El Loco, te daba muchas bases para hacerlo mejor, me enseñó a zapatear, a pararme siempre derecha, me dio una gran seguridad al bailar. Llegué a bailar desde danza azteca y danzas de diferentes regiones, Sonora, Tamaulipas, Veracruz, Tabasco, Yucatán, Chiapas, Oaxaca, con huipiles originales, Guerrero, Nayarit, Hidalgo, Zacatecas; y tiempo después con el Conjunto Folklórico Magisterial, fundado y dirigido por el maestro Pedro Alonso Palacios viaje a Barbados, Canadá, Estados Unidos, Brasil, España, Bélgica, Francia, Rusia, Israel, Hungría, Bulgaria, Alemania, Polonia, Checoeslovaquia.”
Una de las funciones muy importantes del Conjunto Folklórico Magisterial, ahí estábamos comisionadas, nos pagaban, relata María de Jesús, conformado por 300 integrantes, entre bailarines y músicos “Era llevar el folklore a las escuelas y se pretendía que cada uno de sus integrantes creara células en sus estados de difusión del mismo. Asimismo, el maestro Palacios, quería que se bailara y cantara lo más fidedigno, como el pueblo de origen lo hace, para lo cual se invitaban a bailarines de esas comunidades para que nos instruyeran, nada que ver con el espectáculo que se presenta en Bellas Artes. Desgraciadamente el Conjunto Folklórico Magisterial, a sus 60 años de existencia, ya no es a la fecha lo que fue.”
María de Jesús concluye “El Folklore es nuestra cultura, nuestro pasado, es parte de nosotros, lo estamos desechando, olvidando.”
Yo era la mascotita del grupo
Para Minerva Xochiquetzal Valdez Uribe, con su gran sonrisa y simpatía expresa que ella era la mascotita del grupo, comenzó a bailar a los ocho, nueve años, en el Conjunto Folklórico Magisterial, pero al principio odiaba la danza, ya que la apartaba de su madre, su padre Fernando Valdez Magallón, en paz descanse, también fue bailarín de folklore, y aunque la llevaban a los ensayos, le desagradaba además de que eran puros adultos, todos eran maestros, hasta que un día llegó otra niña, y además de platicar y jugar con ella, comenzó a bailar, y algo sorprendente bastaron unos cuantos ensayos y se le integró a bailar de inmediato, lo que era realmente una clase dinámica y en un foro. Bailó diez años ininterrumpidos en todo tipo de foros, plazas, iglesias, de 1984 a 1993, a los 21 años lo dejó. “Me gustó mucho, lo disfruté, el trabajar en equipo, nadie era más que nadie, te ponían a bailar desde lo sencillo a lo más difícil de acuerdo a tu capacidad, técnica, disposición que demostraras. Viaje con ellos a Canadá, Estados Unidos, Brasil, Puerto Rico, Costa Rica, Alemania, Polonia, Checoeslovaquia.
“Es un gusto bailar para los europeos, ellos saben más de nuestro país que nosotros mismos, se saben hasta las canciones. Teníamos todo en el Conjunto Magisterial para cubrir giras de 40 países, había un equipo para Asia, otro para Europa y otro más para América, íbamos a festivales internacionales.
“Tenemos que sentirnos orgullosos y valorar más nuestra cultura. Los jóvenes deben conocer sus raíces, aprender a amarlas y seguir conservándolas para mostrarlas al mundo.”
Comenzó a bailar a los cinco años
En el caso de Eileen Darinka Ruiz Valdez, 24 años, quien posee una sorprendente capacidad de aprendizaje, ha destacado en gimnasia olímpica, karate, artes plásticas, pintura y escultura, así como en la danza folklórica, además acaba de concluir su carrera de pedagogía y la ejerce, comenzó a bailar a los cinco años de edad, inició sus estudios de este arte en la Unidad Morelos del IMSS, y comenzó a dar clases de folklore a los diez años de edad, asistiendo a su maestra Mary Carmen Domínguez y es con quien más ha bailado. “La danza folklórica, me atrapó, soy muy auditiva y aprendo con rapidez los pasos.” Al igual que su abuela y su madre participó también con el Grupo Magisterial, y cuenta que la pusieron a bailar de inmediato, y aunque era un trabajo al vapor, siempre se hizo con el mayor rigor y calidad posible. Su experiencia suma 19 años pisando escenarios. “Sigo bailando, he estado en cinco grupos, actualmente participó con el grupo Xihuitzilli, Colibrí Turquesa, somos 25 bailarines.”
Cuenta su madre, que de niña “Dari” sentía un gran atractivo por la Torre Eiffel, y fue a los doce años que tuvo la oportunidad de viajar a Europa, para participar en el Festival de los niños de la montaña, celebrado en Polonia, de ahí viajó a París y conoció de cerca este monumento, aunque su experiencia no fue muy grata del todo, era la primera vez que se desprendía de su hogar y extrañaba a su familia, le costó trabajo vencer ese sentimiento y continuar en la gira, su mayor ganancia fue madurar. “Sigo disfrutando de la danza, bailar me da paz, alegría, espero nunca dejarlo.” Aunque comenta que sus rodillas sufren los estragos del zapateo.
Lo convenció la buena convivencia
En el caso de su hermano Ian Rafael Ruiz Valdez, 16 años, quien es un joven adolescente muy formal y educado, con el deseo de convertirse en arquitecto en un futuro, comenzó a bailar a los nueve años, “bailó por gusto” y más que influenciado por su familia, lo convenció la buena convivencia que se da en el grupo Xihuitzilli, Colibrí Turquesa, donde también participa y forma parte de sus fundadores, “Todos son familia, y todos se llevan bien.” De su primera clase al mes ya estaba también bailando el Jarabe Tapatío, lleva siete años bailando. De la ganancia personal que se puede tener de bailar danza folklórica, afirma “Que va a depender de cada persona, por ejemplo te ayuda a superar la timidez, ser más sociable, te da una mayor seguridad o si vives un mal momento te puede servir de terapia.” Asimismo, ha recorrido parte del mundo bailando, su primer viaje internacional fue a Italia, siguió Colombia, Perú, Francia, Bélgica, tenía entre 12 a 14 años de edad, y su mayor impresión fue al visitar las ruinas de Machu Pichu en Perú.
Colofón
La mayor satisfacción de esta familia de artistas fue cuando fueron llamados al escenario por el maestro Pedro Alonso Palacios en un festival internacional y recibir el aplauso por formar tres generaciones de bailarines.
“De la sierra morena/ Cielito lindo vienen bajando/ Un par de ojitos negros/ Cielito Lindo, de Contrabando…”.
Parece que para el ganso los retenes de criminales en diversas partes del país son parte de la vida nacional y hasta hay que agradecerles que los “respeten” a través de sus enviados a repartir dinero en vez de proceder contra ellos e imponer el orden legal en esas regiones.
Quedó claro que Dos Bocas no está refinando con todo y los 18 mil millones de dólares; que el tren Maya no estará terminado, pero se comió selva y 500 mmdp.
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Una vez más el mesías tropical se aprovecha de la desgracia de miles de mexicanos para “robar cámara”, utilizar recursos indiscriminadamente sin rendir cuentas
Importante conservar la identidad de nuestras raíces por medio de la danza
Que agradable lectura he tenido con éste ameno relato, es admirable que tres generaciones estén tan unidas a través del Folclor de nuestro país, y sobretodo que las nuevas generaciones participen, su perseverancia y ese amor por nuestras tradiciones representado por la danza y la música les ha gratificado con el cariño y admiración del público nacional e internacional. Yo vivo en el extranjero y doy Fe de que nuestro Folclor es amado y admirado donde quiera que se muestre y también que muchos extranjeros conocen mas de México que nosotros mismos y muchas de nuestras canciones.
Es un placer leer este tipo de lectura y ver el transcurrir de 3 generaciones desarrollarse, así como un honor conocerlos mis más grandes felicitaciones y que sigan los folclores
Que maravilloso 3 generaciones unidas por una tradición tan bella. La danza. De verdad Dios les siga dando fortaleza para seguir adelante dando a conocer en el mundo esos bailables tan bellos…. Felicidades Maria de Jesús.. Minerva. Dari ka. Y Ian
Es muy bonito seguir con las tradiciones y nuestra cultura de México y que no se vaya perdiendo nuestra raíz cultural lo que es folclor Mexicano me gustó compartir contigo escenario bailando en diferentes países.
Felicitaciones Mary, Mimi, Dari e Ian, es un orgullo decir esto, y se dice fácil, pero que tres generaciones bailen implica mucha disciplina, compromiso y amor la danza porque hay que dejar de hacer otras cosas, pero se hace con gusto por tener el honor de representar a nuestro país y disfrutar de la música , el canto y la danza.
Felicidades!!, sigan disfrutando y adelante con la tradición. Un gusto compartir escenario
Un abrazo a la distancia para esta hermosa y talentosa familia que tengo la fortuna de conocer ojalá y no quede este legado en 3 generaciones podrían ser mas para seguir manteniendo viva nuestra tradición en las futuras generaciones
Felicidades
MUCHAS FELICIDADES MARCO GUAPO ¡¡¡ MARAVILLOSA PLUMA, QUE MANERA DE ESCRIBIR ¡¡¡ MAS CUANDO SE TRATA DE UNA FAMILIA TAN QUERIDA. DE LA QUE TUVE EL GUSTO DE CONOCER A LOS PAPAS Y HERMANITOS DE MARYCHUY Y A MIMISITA MUY PEQUE ¡¡¡ ME EMOCIONE, CUANDO NACIERON DARY E IAN. ES UN ORGULLO PARA MI, HABER COMPARTIDO ESCENARIO CON MARYCHUY Y CON MIMI, QUE HAY SEGUIDO TAN CERCA DEL TRABAJO FOLKLORICO, CON DARY E IAN ¡¡¡ MUCHAS FELICIDADES A ESTA BELLA FAMILIA ¡¡¡ BENDICIONES, BESOS Y ABRAZOS ¡¡¡